Sí, esos
que se apuntan a la partida cuando está llegando a su fin y esperan cobrar
todos los beneficios. Cuando tu grupo ha sufrido lo insufrible, se ha quebrado
la cabeza por resolver enigmas inconmensurables, ha salvado situaciones
difíciles…; y cuando están a punto de finalizar, cuando se enfrentan al
Armagedón final, al arrebato... aparece, él o ella, liando la trama y
trastocando los planes.
Lo viví en primera persona el 4 de diciembre de
1994 por culpa de un espontáneo Mago llamado Tim. Vi mi seguridad comprometida
al estar salvando a un compañero de una muerte segura. Al mago le dio por
juguetear con una Dama de Tákisis, ni más ni menos. Y, ¿cuál fue el resultado? ¡Imaginaos!
No me dio tiempo a prepararme. La criatura se abalanzó sobre mí y, básicamente,
me arranco el alma lanzándola al infierno.
Ese día, Blaudrum Muldram Byron falleció, tras
diez años de aventuras. ¿Destino? ¿Absurdo? Bueno, así son las historias, ¿no?
Él fue uno de los supervivientes.
PD: No dejéis entrar en juego a nadie si esa partida está por finalizar. Los nuevos no entienden el contexto ni la situación, y tampoco empatizan con el resto.
Jordi (@masterderol
en Instagram), posee
una amplia trayectoria como Master en juegos como: D&D, The Call of Cthulhu, Far West, Traveller, Paranoia, Kult, Caza
fantasmas, Star Wars, Stormbringer, Señor de los anillos, Mutantes en la sombra
(primera edición), Aquelarre, Vampiro,
Pendragon, Oráculo... Ahora, comparte aquí, en el Vector, sus muchas
experiencias con tod@s nosotr@s. ¡Y por qué no! Algún que otro relato también.
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