La confianza que un jugador coge a medida que va atesorando armas, objetos mágicos, habilidades, pociones y demás, es un arma de doble filo. Confían más en su equipo que en su ser. Un gran error. Todos somos mortales, todos tenemos un talón de Aquiles. Aunque no lo creamos, la cosa más nimia, puede convertirse en nuestro Armagedón.
No nos vanagloriemos de lo que hemos conseguido,
no nos convirtamos en seres pedantes y prepotentes, porque el destino nos
tendrá guardada celosamente una baza: la de la dolorosa humildad.
Sed fuertes, poderosos, con impresionantes
arsenales, pero nunca, nunca olvidéis la sencillez del ser. Sois carne, mente y
hueso. Por mucha panoplia que poseáis, no dejáis de ser mortales y siempre tendréis una debilidad.
Que predomine la mente: coherencia, ética y
sentido común. De esta manera, vuestros personajes vivirán muchos, muchos años.
Del orgullo herido y bien gestionado, se puede sobrevivir; de una saeta o
veneno bien colocado, no.
Jordi (@masterderol
en Instagram), posee
una amplia trayectoria como Master en juegos como: D&D, The Call of Cthulhu, Far West, Traveller, Paranoia, Kult, Caza
fantasmas, Star Wars, Stormbringer, Señor de los anillos, Mutantes en la sombra
(primera edición), Aquelarre, Vampiro,
Pendragon, Oráculo... Ahora, comparte aquí, en el Vector, sus muchas
experiencias con tod@s nosotr@s. ¡Y por qué no! Algún que otro relato también.
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