SÍ,
Señor@s, Másters, hay partidas que parecen ser poseídas por el Dios Arioch (Elric
de Melniboné). Alguna fuerza
sobrenatural aprieta la sesera de l@s jugador@s.
Eso solía ocurrir cuando juntaba en locales,
convenciones o clubs a varios jugadores que no se conocían de nada. Era como el
multiverso de los jugadores; cada uno venía de un plano diferente, con con sus
manías, sus reglas y objetos rocambolescos (que ellos usaban con su grupo y
Máster).
En partida cada uno tiraba por su lado y se
pavoneaba de sus actos; todos intentaban arramblar con lo que pudieran.
¿Alineamiento, "pa qué"? Algunos me decían que donde ellos jugaban,
sus personajes tenían varias vidas. ¡Sí, sí, como los videojuegos!
Sí, había caos, orden ninguno. ¿Salían airosos? Sí.
En esos eventos debía primar el goce y el disfrute (a pesar de mis ataques de
ansiedad). Mantra: pasarlo bien, pasarlo bien, pasarlo bien... ¡¡¡Oooommmm!!!
Moraleja: Nunca dejes que Arioch entre en tu grupo
de jugador@s cotidianos.
Mi consejo para partidas eventuales, puntuales,
sin una progresión, con jugador@s de paso: baja la guardia, esconde al árbitro
chungo que llevas dentro, saca a tu Spielberg y mira por la diversión más que
por las reglas. Eso sí, hay líneas rojas.
"En el caos no hay orden, pero sí se puede
encontrar diversión".
Jordi (@masterderol
en Instagram), posee
una amplia trayectoria como Master en juegos como: D&D, The Call of Cthulhu, Far West, Traveller, Paranoia, Kult, Caza
fantasmas, Star Wars, Stormbringer, Señor de los anillos, Mutantes en la sombra
(primera edición), Aquelarre, Vampiro,
Pendragon, Oráculo... Ahora, comparte aquí, en el Vector, sus muchas
experiencias con tod@s nosotr@s. ¡Y por qué no! Algún que otro relato también.
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