La semana pasada comencé a ver la serie "The Sandman",
basada en la novela gráfica de Neil Gaiman. Desconocía esa obra por completo,
pero había leído tan buenas críticas sobre ella, que eso me animó a ver la
serie. Reconozco que me está gustando bastante. Y ni que decir tiene que ya me
están entrando unas ganas locas de hacerme con la novela gráfica. 🤣🤣
En el capítulo cuatro me encantó el duelo entre Morfeo y Lucifer en el
Infierno. La frase procede de ahí. El diálogo os lo dejo transcrito más abajo.
The Sandman cap. 4
En el
cuarto episodio, Morfeo viaja hasta el infierno para recuperar el yelmo
que le robaron y que es uno de los símbolos de su poder. El preciado objeto lo
tiene un demonio llamado Choronzon, que se lo cambió a un humano por una
bagatela. Por supuesto este se niega a devolverlo, y desafía a nuestro héroe:
si gana, le devolverá el yelmo; si pierde, Morfeo se convertirá en su esclavo
por toda la eternidad. ¡Y claro! Como estamos tratando con demonios, seres en
los que no se puede confiar, el tal Choronzon escoge como campeón al mismísimo Lucifer
para que luche en su nombre.
No
será un combate al uso; una lucha de ingenio más bien, en la que uno de los
oponentes propone algo, y el otro deberá destruirlo. Empieza Lucifer con un
lobo solitario y Sandman escoge un cazador a caballo. Luego, el señor del
infierno responde con una serpiente, y la réplica de Morfeo es un ave de presa.
El duelo continúa con una bacteria come carne, un planeta lleno de vida, una
nova que arrasa planetas, el universo que abarca todas las cosas y finalmente…
Lucifer escoge la antivida…
Morfeo
cae mortalmente herido, derrotado…
LUCIFER:
—Ahora soy la antivida, la bestia del juicio, la
oscuridad al final de todo… Y, ¿qué serás tú, soñador?
MORFEO:
—La… La…
CUERVO:
—Señor, ¡eh!, Señor.
LUCIFER:
—¿Sigues aquí, Sueño?
CUERVO:
—Sí, y le toca mover, Majestad.
LUCIFER:
—El juego se ha acabado. ¿Qué sobreviviría a la
antivida?
CUERVO:
—Señor, escuchadme. ¿Sabéis qué sobreviviría a la
antivida? ¡Vos! Los sueños no mueren. ¡Joder! No si uno cree en ellos. Y yo sé
que el Sueño de los Eternos, jamás dejaría a un cuervo solo, aquí, en el
Infierno, con Lucifer.
MORFEO:
—Yo… soy… la esperanza…
LUCIFER:
—¡La esperanza!
MORFEO:
—¡Vamos, dador de luz! Es tu turno. ¿Qué es lo que mata
a la esperanza?
… … …
LUCIFER:
—Mira ahí fuera, Morfeo. Mil millones de Señores del
Infierno te rodean. Dinos por qué deberíamos dejarte marchar. Con yelmo o sin
él, aquí no tienes poder. Al fin y al cabo, ¿qué poder tienen los sueños en el
Infierno?
MORFEO:
—Dices que aquí no tengo poder. Y es posible que sea cierto. Pero, ¿seguro que los sueños no tienen poder en el Infierno? Dime, Lucifer, Estrella del Alba, ¿qué poder tendría el Infierno si los aquí encerrados no pudieran soñar con el Cielo?
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