Género: Novela
Subgénero: Histórica
Autora: Pauline
Gedge
Título:Child of the Morning)
Año:
1977
Sinopsis:
Mil seiscientos años antes que Cleopatra,
reinó en Egipto Hatshepsut, una mujer extraordinaria por su inteligencia y su
belleza, y también por ser la primera de la historia que gobernó en un mundo
dominado por los hombres. Según la tradición secular, los faraones de Egipto
solo podían reinar si se casaban con una mujer de sangre real que, mediante el
matrimonio, otorgaba al hombre la condición de soberano. Tan arraigada
costumbre iba a romperse por primera vez hace treinta y cinco siglos, cuando el
faraón Tutmosis I dictaminó que su hija Hatshepsut, de quince años, fuera
consagrada primera emperatriz de la historia de Egipto. Hábil en la
administración, audaz en la guerra y, sobre todo, entregada a su tierra y a su
pueblo, la dama del Nilo supo defenderse de los celos y la insidia de sus
enemigos y mantener el poder del imperio en el apogeo de su gloria. Su azarosa
vida, llena de apasionados amores y brillantes éxitos militares, nos la relata
con gran realismo Pauline Gedge.
Esta es una de las pocas novelas históricas que
hay en mi biblioteca (ya sabéis que no me entusiasman demasiado); pero,
sorpresa, sorpresa, esta historia ambientada en el antiguo Egipto se coló hace
muchos años en la lista de mis libros favoritos.
En ella Pauline Gedge nos relata la vida de Hatshepsut, una de
las pocas mujeres que llegó a ser faraona (dinastía XVIII); la que más tiempo
estuvo sentada en el trono de las Dos Tierras.
Una figura histórica que siempre me ha gustado por
lo que tiene de logro en un mundo dominado por los hombres. Pero, ¿sabéis lo
que más me gustó de la novela? Descubrir un personaje del que nada sabía y que
tuvo suma importancia durante el reinado de esta mujer: Senenmut. Un hombre de origen humilde que llegó a ser
Tesorero Real, Gobernador del Palacio, máxima autoridad administrativa del
todopoderoso clero de Amón, y que, sobre todo, pasaría a la historia como
arquitecto y constructor del templo de Deir el-Bahari, sobre la franja
occidental del río Nilo, cerca del Valle de los Reyes, dedicado a Hatshepsut.
En la novela aparece como el gran amor de la
reina-faraón. Una relación no confirmada históricamente, pero ¡oye!, queda
genial en la trama. 😜
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