Género: Novela
Subgénero: Ciencia Ficción Fantástica
Autora: N. K.
Jemisin
Título: Trilogía de la
Tierra Fragmentada:
Vol.1 – La
quinta estación (The Fifth Season), premio Hugo a la
mejor novela en 2016, finalista del premio Nébula y del premio Mundial de
Fantasía.
Vol.2 – El portal de los
obeliscos (The Obelisk Gate),
premio Hugo a la mejor novela en 2017.
Vol.3 – El
cielo de piedra (The Stone Sky), premio
Hugo a la mejor novela en 2018, premio Nébula 2018.
Año: 2015
Sinopsis:
Toda era tiene que llegar a su
fin.
Ha dado comienzo una estación de
desenlaces.
Empieza con una gran grieta roja
que recorre las entrañas del único continente del planeta, una grieta que
escupe una ceniza que oculta la luz del sol.
Empieza con la muerte, con un
hijo asesinado y una hija perdida.
Empieza con una traición, con
heridas latentes que comienzan a supurar.
El lugar es la Quietud, un
continente acostumbrado a la catástrofe en el que la energía de la tierra se
utiliza como arma. Y en el que no hay lugar para la misericordia.
Jemisin es la última de las
autoras que he leído este verano. Había oído hablar de la trilogía y, picada
por la curiosidad, me puse manos a la obra. Y el comienzo no podía ser más prometedor:
“Empecemos por el fin del mundo. ¿Por qué no? Superémoslo y pasemos a cosas más interesantes”
Después de esto, ¿cómo no vas a continuar
leyendo? Una historia que me sorprendió desde el principio, de la misma forma
que lo hizo en su momento “Hyperion” de Dan Simmons. Ambos relatos se presentan de una forma tan perturbadora
e ilógica que me desarman. Sí, perturbadora en el sentido de que me descolocan
por completo durante un buen puñado de páginas hasta que consigo hacerme con la
insólita realidad que describen. Una realidad lo suficientemente chocante y
original como para mantenerme atrapada durante tres largos volúmenes.
La Madre Tierra ha muerto. Es el
Padre Tierra el que ahora gobierna los destinos de los humanos de la Quietud. Un
padre duro, despiadado y violento al que sus hijos se han adaptado
desarrollando capacidades sorprendentes. La orogenia del planeta se ha desbocado,
pero los orogenes logran controlarla hasta límites insospechados gracias
al desarrollo de sus glándulas sesapinales. Temidos y despreciados por poseer semejante
poder, ni siquiera se los considera humanos. Esclavos de sus propias
capacidades, no son más que meros instrumentos que otros utilizan para
sobrevivir o para llevar a cabo sus tortuosos planes.
Son varios narradores los que nos
acompañarán a lo largo de la aventura. Personajes que irán cambiando y que se
nos presentarán bajo diferentes aspectos; en diferentes momentos de sus vidas. Se
nos interpela directamente, se nos dice que somos la protagonista. ¿Quién es
esa protagonista en realidad? ¿Es una o son muchas personas al mismo tiempo? Descubrirlo
será uno de los alicientes de esta compleja historia.
Reconozco que los dos primeros
libros me resultaron fascinantes, hipnóticos. No podía dejar de leer. Sin embargo,
el tercero y último me decepcionó bastante. El final se hacía de rogar. Un final
que se va intuyendo a lo largo del relato y que por lo tanto no presenta grandes
sorpresas cuando se produce. ¡Una lástima! Así y todo, os recomiendo su
lectura. El caótico y violento universo creado por Jemisin no tiene
desperdicio.
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