La
principal obsesión para la mayoría de las personas que comienzan en cualquier
juego de rol, suele ser la de encontrar el arma que más daño hace, la más
devastadora, el conjuro más dañino, sin mirar nada más. A mi modo de pensar, es
un gran ERROR.
Para hacer letales tus acciones, has de saber conjugar
algunas variables: habilidades, capacidades y técnicas. Todas ellas
dependientes de tu mente e ingenio.
"La
potencia sin control, no tiene sentido"
En ocasiones, es mejor un par de dagas
emponzoñadas en buenas manos, que un mandoble de doce kilos. Velocidad y número
de ataques. ¿Qué es mejor, un
golpe duro, o cinco leves, rápidos y con efectos "secundarios"
desagradables? ¿Cuándo tienes más posibilidades de impactar, cuando tiras un
dado, o cuando tiras cinco? Si a esto le
sumas tus habilidades intrínsecas de oficio, que es básico, puedes conseguir un
cóctel perfecto.
Seas guerrero, ladrón, asesino o clérigo, has de
tener en cuenta tus habilidades y aptitudes a la hora de conseguir un arma. No
todo vale, las apariencias engañan. Peso, velocidad y número de ataques por
turno, son cosas a tener en cuenta. Afina, y conseguirás la efectividad deseada.
UN ARMA NO ES NADA, SI LA MENTE Y CUERPO QUE LA
ESGRIME NO ESTA A SU NIVEL
Jordi (@masterderol
en Instagram), posee
una amplia trayectoria como Master en juegos como: D&D, The Call of Cthulhu, Far West, Traveller, Paranoia, Kult, Caza fantasmas,
Star Wars, Stormbringer, Señor de los anillos, Mutantes en la sombra (primera
edición), Aquelarre, Vampiro, Pendragon,
Oráculo... Ahora, comparte aquí, en el Vector, sus muchas experiencias con
tod@s nosotr@s. ¡Y por qué no! Algún que otro relato también.
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