—¿Cuándo comenzará
mi aprendizaje, Señor?
—Ya ha comenzado —respondió
Ogión.
Hubo un silencio,
como si Ged estuviera callando algo. Al fin dijo:
—¡Pero si aún no he
aprendido nada!
—Porque
no has descubierto lo que estoy enseñándote —replicó el mago, marchando con
pasos largos y firmes a lo largo del camino, el alto desfiladero que une los
Burgos de Ovark y Wiss.
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