Tod@s hemos caído en esa primera trampa. Y lo extrapolo a otros juegos también.
El arma no hace al guerrero, es el guerrero el que
hace al arma. Es él el que la empuña, el que domina el arte. El que, siendo inteligente,
intuitivo, eficaz y cabal, le otorgará mayor letalidad a su arma.
Es el jugador el que decide cómo, cuándo y dónde
actuar; el que conoce a su adversario: sus puntos débiles, sus costumbres, su
modo de actuar… Sabiendo esto, y contrastándolo con nuestras capacidades,
lograremos la máxima eficacia con nuestras armas, por muy irrisorias que parezcan.
Recordad: nuestra arma más poderosa es nuestro
cerebro. Afilémoslo pues.
Seamos artistas y artesanos de nuestro poder
combativo. Buscad la manera más
eficaz de ser letales. No sólo acero, sino neuronas habéis de forjar. 😉
Jordi (@masterderol
en Instagram), posee
una amplia trayectoria como Master en juegos como: D&D, The Call of Cthulhu, Far West, Traveller, Paranoia, Kult, Caza
fantasmas, Star Wars, Stormbringer, Señor de los anillos, Mutantes en la sombra
(primera edición), Aquelarre, Vampiro,
Pendragon, Oráculo... Ahora, comparte aquí, en el Vector, sus muchas
experiencias con tod@s nosotr@s. ¡Y por qué no! Algún que otro relato también.
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