—Tengo una curiosidad… ¿te daba mucha repulsión darme un beso?
—Uhmm…
Debe haber sido miedo que te convirtieras en pantera, como aquella de la
primera película que me contaste.
—Yo
no soy la mujer pantera.
—Es
cierto, no sos la mujer pantera.
—Es
muy triste ser mujer pantera, nadie la puede besar. Ni nada.
—Vos
sos la mujer araña, que atrapa a los hombres en su tela.
—¡Qué
lindo! Eso sí me gusta.
—…
—Valentín,
vos y mi mamá son las dos personas que más he querido en el mundo.
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