sábado, 17 de febrero de 2018

Favoritos 5. El río de la luz


Género: Narrativa
Subgénero: Viajes
Autor: Javier Reverte
Título: El río de la luz
Año: 2009


Me gusta viajar, pero una no siempre dispone de tiempo, dinero o ganas para realizar esos viajes maravillosos con los que todos soñamos.

Javier Reverte es uno de esos trotamundos siempre dispuestos a cargarse el petate al hombro y lanzarse a descubrir el mundo por nosotros. Disfruto con sus relatos de viajes, no puedo negarlo. Me transportan a lejanos parajes que estoy segura nunca visitaré. Lugares repletos de historia que el autor enriquece con entrevistas a los lugareños con los que se encuentra, y con multitud de jugosas anécdotas de esas que a todos nos gustan contar una y otra vez cuando regresamos de un buen viaje. Momentos inolvidables que guardamos en la memoria, y en la retina, durante mucho, mucho tiempo.

Tal vez nunca vaya a Alaska o al corazón de África, pero la imaginación es poderosa, y la prosa sencilla del autor hace que nos sintamos muy próximos a él, como si nos contara sus aventuras sentados en un bar tomando un buen café

 “El sueño de África” fue el primer libro de Javier Reverte que leí. Me divertí tanto con él que continué con “Vagabundo en África” y casi seguido llegué a “El río de la luz”.

Este último me llamó la atención por tratarse de una ruta que realizó siguiendo los pasos de Jack London (autor que gracias a este libro pongo en mi lista de lecturas pendientes) durante la Fiebre del Oro (Gold Rush).
"La función del hombre en la Tierra es vivir, no existir" Jack London
Sinopsis
Siguiendo los pasos de Jack London durante los días de la fiebre del oro, Reverte navega desde Vancouver, por las costas de la Columbia Británica canadiense, hasta alcanzar el río Yukon. Allí se une a una expedición para recorrer setecientos cincuenta kilómetros del río en canoa hasta Dawson City y el mítico río Klondike; más tarde continúa su viaje por Alaska, desde Nome, en el mar de Bering, en donde el famosos pistolero Wyatt Earp se enriqueció regentando un casino al que acudían a jugar los mineros más afortunados, hasta los territorios del sur, donde señorean los gigantescos y peligrosos osos grizzlies. Tierras de áspera belleza y nombres legendarios. Ya de regreso, el autor lleva al lector a bordo del ferrocarril transcanadiense, que discurre paralelo a la frontera estadounidense, entre Vancouver y Quebec. Finalmente relata su regreso a Europa a bordo de un carguero que navega de Montreal a Liverpool.


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