sábado, 1 de diciembre de 2018

Favoritos 17. La historia Interminable

Género: Novela
Subgénero: Fantasía
Autor: Michael Ende
Título: La historia Interminable (Die unendliche Geschichte)
Año: 1979


Sinopsis:

¿Qué es Fantasía? Fantasía es la Historia Interminable. ¿Dónde está escrita esa historia? En un libro de tapas color cobre. ¿Dónde está ese libro? Entonces estaba en el desván de un colegio... Estas son las tres preguntas que formulan los Pensadores Profundos, y las tres sencillas respuestas que reciben de Bastián. Pero para saber realmente lo que es Fantasía hay que leer ese, es decir, este libro. El que tienes en tus manos.

La Emperatriz Infantil está mortalmente enferma y su reino corre un grave peligro. La salvación depende de Atreyu, un valiente guerrero de la tribu de los pieles verdes, y Bastián, un niño tímido que lee con pasión un libro mágico. Mil aventuras les llevarán a reunirse y a conocer una fabulosa galería de personajes, y juntos dar forma a una de las grandes creaciones de la literatura de todos los tiempos.
 
 
 
La historia Interminable fue sin duda un libro de referencia en lo que a literatura fantástica se refiere durante la década de los ochenta del siglo pasado. Su éxito fue tal que incluso se rodó una película inspirada en el mismo (un verdadero horror para mi gusto). Yo lo leí en 1984 y desde entonces he vuelto a él en numerosas ocasiones. Se trataba de una bonita edición de Círculo de Lectores que ya solo por sus ilustraciones al inicio de cada capítulo y su texto a dos tintas animaba a introducirse en aquel imaginativo universo.
Un relato de pura fantasía pero con un trasfondo mucho más profundo del que cabría esperar. Una historia para todos los públicos. Una historia atemporal que, aunque ya nadie hable de ella, debería estar por siempre en las estanterías de todos aquellos amantes de la lectura y la fantasía en particular. Un verdadero clásico del género.
 


Son muchas las personas que se resisten a leer nada que tenga algo que ver con mundos imaginarios alejados de la más cruda realidad. Consideran el género un mero entretenimiento para niños o jóvenes, con argumentos e historias demasiado alejados de su día a día cotidiano como para tenerlos en consideración o dedicarles la más mínima atención. ¡No podrían estar más equivocados! Los mundos fantásticos no surgen de la nada. Son una forma de camuflar la realidad, de distorsionar la sociedad en la que vivimos, de contar verdades de forma disimulada para hacerlas más digeribles… Los personajes que pueblan dichos relatos aman, lloran, sufren, se preocupan por sus familias y por su bienestar… de la misma forma que lo hacen los protagonistas de las novelas históricas, románticas o de crímenes y asesinatos tan de moda últimamente.

Al fin y al cabo la fantasía no es más que otra forma de abordar la realidad, tal como decía el propio autor, Michael Ende, en una entrevista a El País del 22 de Abril de 1984:
 

Cuando nos fijamos un objetivo, el mejor medio para alcanzarlo es tomar siempre el camino opuesto. No soy yo quien ha inventado dicho método. Para llegar al paraíso, Dante, en su Divina comedia, comienza pasando por el infierno. Para descubrir las Indias, Cristóbal Colón levó anclas en dirección a América. Para encontrar la realidad hay que hacer lo mismo: darle la espalda y pasar por lo fantástico. Ése es el recorrido que lleva a cabo el héroe de La historia interminable. Para descubrirse, a sí mismo, Bastián debe primero abandonar el mundo real (donde nada tiene sentido) y penetrar en el país de lo fantástico, en el que, por el contrario, todo está cargado de significado. Sin embargo, hay siempre un riesgo cuando se realiza tal periplo; entre la realidad y lo fantástico existe, en efecto, un sutil equilibrio que no debe perturbarse: separado de lo real, lo fantástico pierde también su contenido.


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