¿Lo estaré haciendo bien? ¿Soy creíble y justo? ¿Soy demasiado tolerante? ¿Debo ser más duro? ¿Lo hago bien?
Buffffff... A todo Máster, le habrán saltado las
alarmas a la hora de dirigir y narrar una partida de Rol.
Lo primero: tú, eres tú y tu estilo narrativo.
Guste más o menos. Cierto
que has de tener en cuenta las expectativas de tus jugadores, y que debes saber
adaptarte a ellas. Pero eso no implica negar tu voluntad. Sé titiritero. Observa
sus comportamientos, sus reacciones, sus deducciones… De ahí sacarás
conclusiones sobre el tipo de jugadores que son, sus intenciones y expectativas.
Tú, como Máster, has de cuidar la diversión, el
equilibrio en los riesgos y la dificultad de los argumentos. Todo dependerá de
tu observación y conocimiento de la gente que tienes frente a ti.
Tu palabra es ley, lo cual encierra mucha
responsabilidad.
Si los jugadores son totalmente desconocidos, como
he vivido alguna vez, hay que saber desgranarlos mentalmente. Ellos, cada vez
que hablan, se etiquetan. Has de estar muy atento e intuir por donde irán sus debilidades,
fortalezas, manías y virtudes.
Tú, Máster, eres tan bueno como sea tu empatía, tu
capacidad para conectar su onda emocional con la tuya. Ese es el secreto del
acero…
Jordi (@masterderol
en Instagram), posee
una amplia trayectoria como Master en juegos como: D&D, The Call of Cthulhu, Far West, Traveller, Paranoia, Kult, Caza
fantasmas, Star Wars, Stormbringer, Señor de los anillos, Mutantes en la sombra
(primera edición), Aquelarre, Vampiro,
Pendragon, Oráculo... Ahora, comparte aquí, en el Vector, sus muchas
experiencias con tod@s nosotr@s. ¡Y por qué no! Algún que otro relato también.
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