sábado, 13 de junio de 2020

Poemas 13. Francisco Muñoz Rico

Autor de las novelas como son: “La ciudad de los infrahombres”, “El zombi”, “Aquí hay monstruos” y “Juego de sueños” (todas ellas disponibles en Amazon); también se atreve con los versos, con los que trabaja de forma rápida, siempre con un estilo transgresor y una temática característica que le hace inconfundible. Aquí os dejo un par de ejemplos para que juzguéis vosotros mismos. Podéis seguirle en su cuenta de Instagram: @franky_le_marchant

 

De un sueño que tuve


Los que salieron de esta habitación
Ay, los que salieron
Dejaron de creer en Dios
Ahora vagan fantasmales por la Tierra
Creedme, creedme, no habrá redención
No salgáis, os lo ruego
De esta habitación.

Recordad a esa, la perdida
Que ya en la puerta
Señaló detrás de donde nosotros permanecíamos inmóviles
Ay, nos quería engañar
Se arrepintió en el último momento
Y quiso que girásemos los cuellos
Para ver, mentirosa, monstruos en la chimenea, decía
Pero nadie miró allá donde su fe no le indicaba
Amén, la echamos a la calle
Y ahora vaga sin alma
No miréis, amigos, a la chimenea
Aunque crepite apagada
Somos los últimos creyentes
Se nos pone a prueba, se nos prepara
Se nos ha concedido el don
Que ha sido negado a los demás
Sólo una cosa debemos hacer
No mirar, y si miramos: negar.

De los que no salgan de esta habitación
De ellos será el Reino
Por ahora permanecemos, encerrados, libres
El mundo de afuera está condenado
No miréis por las ventanas
No calléis vuestra oración
Y sobretodo:
No salgáis de esta habitación.

Hermanos, hermanas
Entra el sol por la rendija
Nos lo ha enviado Dios
Hermano, parte la migaja
Hermana reparte las moléculas de vino
Hoy celebramos Eucaristía
Ya no queda mucho
Negad los golpes en la puerta
Apretad el Libro contra vuestros corazones
Hermano, de rodillas
Hermana, genuflexión
No miréis allí donde nuestra fe no os lo demanda
Aunque crepite
Aunque suene la madera
Ay, la prueba de la puerta
Como si se resquebrajara
No miréis, amigos
Ahora ya ni siquiera dentro de la habitación.
Volved la mirada adentro.

Él nos espera.
 

 

Este segundo ejemplo surgió de una forma ciertamente curiosa y totalmente improvisada. Hace unos días, @franky_le_marchant estaba de celebración en su cuenta y nos propuso un juego: nosotros le dábamos una palabra y él escribía con ellas un soneto. Yo elegí "titilar" (me gusta tanto mirar a las estrellas que no me pude resistir) y le deseé suerte en el reto, que era francamente complicado. La composición le quedó magnífica, pero no se dio cuenta y sustituyó mi "titilar" por la "suerte" que acompañaba mi proposición. Y como a Franky galantería no le falta, se curró rápidamente unos versos para subsanar ese olvido.


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