martes, 5 de junio de 2018

Favoritos 12. Dune

Género: Novela
Subgénero: Ciencia Ficción 
Autor: Frank Herbert
Título: Dune
Año: 1965


Sinopsis:
 
Arrakis es el único planeta de todo el Imperio Galáctico en el que se cultiva la Melanie, la Melanie, la llamada “especia de las especias”; notable por sus cualidades geriátricas, resulta vital para los viajes por el hiperespacio. Pero no es la melange el único rasgo distintivo de Arrakis, un planeta desértico en el que el agua es el bien más preciado, y cuya ecología haría parecer un vergel el más seco de los desiertos terrestres. En este infierno inhabitable viven, entre otros, los Fremen, una orgullosa tribu libre que se ha adaptado a las extremas condiciones climáticas…. y los impresionantes gusanos de arena, una especie autóctona que alcanza tamaños descomunales.
Los Harkonnen, una poderosa familia noble, intentan hacerse con el control del planeta, desatando una serie de sangrientas intrigas en las que no solo se juega el destino de Arrakis, sino de todo el imperio. Sin embargo, no cuentan con la intervención de Paul Atreides, un joven dotado de extraños poderes adivinatorios que está destinado a convertirse en líder, profeta y mesías de los Fremen…
 
 
Nadie puede negar que “Dune” es uno de los grandes clásicos de la literatura; clasificada por muchos como una obra maestra, y reconocida como una de las mejores sagas de ciencia ficción de todos los tiempos. Premio Nébula de 1965 a la mejor novela de ciencia ficción y Premio Hugo en 1966.
Al igual que me ha sucedido en otras ocasiones, llegué a esta historia después de ver una película: "Dune" de David Lynch (1984). Extraña, críptica e hipnótica a partes iguales. En aquella ocasión salí del cine sin tener muy claro si me había gustado o no (cosa bastante frecuente con las obras de Lynch. Necesito tiempo para procesarlas, aunque generalmente el resultado es positivo). La película, interpretada por Kyle MacLachlan, Silvana Mangano, Brad Dourif, José Ferrer y Sting, entre otos, contaba con una producción lo suficientemente original y bizarra como para llamar mi atención en una época en la que devoraba cualquier cosa que oliera a ciencia ficción. Sin embargo, la historia… me resultó demasiado compleja y un tanto… extraña. Había muchos diálogos internos de los personajes, y no se daban demasiadas explicaciones sobre el motivo de dicha actuación (hay que tener en cuenta que yo desconocía por completo la obra de Herbert en aquel momento). Parece ser que, parte de la culpa de que esto así sucediera la tuvo el productor Dino De Laurentiis.

El film de David Lynch, no pudo ser lo que en un principio tenía en mente el cineasta a la hora de rodarla. La película, con un metraje inicial de 8 horas, fue reducida por el propio Lynch a 5 horas para su exhibición cinematográfica. Sin embargo Dino de Laurentiis y su hija le obligaron a hacer una reducción importante de montaje, dejándola en 137 minutos, con las consecuencias que ello conllevó cuando fue exhibida al público. Este inconveniente con Dino de Laurentiis provocó que Lynch acabara aborreciendo la película además de prometerse no volver a trabajar nunca más con grandes productores.
¡En fin! ¡Cosas del cine! Nos quedamos con las ganas de visionar esas ocho horas de Dune que estoy segura habrían llenado las carencias del guión. Y a pesar de ello, os puedo asegurar que esta es una de las mejores adaptaciones cinematográficas que he visto, pues retrata con fidelidad el universo creado por Herbert (claro que esto lo descubriría años más tarde, cuando la novela llegó a mis manos).
 
 
Fue en 1999, cuando me tropecé con “Dune” en el catálogo de Círculo de Lectores. Como de costumbre, mi curiosidad venció a mis ambivalentes recuerdos de la película: necesitaba conocer aquella historia de primera mano. Comencé a leer… y fue un no parar. Todo quedaba claro ahora. La fascinante historia de Arrakis y sus gentes cobraba un nuevo sentido. Aquello extraños diálogos que aparecían en la película tenían su razón de ser en aquel complejo y peligroso mundo repleto de guerras y batallas; traiciones cortesanas y amores eternos; maniobras políticas y sectas religiosas; intereses espurios y nobles ideales; drogas que desarrollan la mente y espectaculares paisajes naturales… En definitiva, un mundo inolvidable del que seguí disfrutando en sus siguientes entregas:
 

- El mesías de Dune (1969)
- Hijos de Dune (1976)
- Dios emperador de Dune (1981)
- Herejes de Dune (1984)
- Casa Capitular de Dune (1985)
 
 
En este punto, Frank Herbert falleció dejándome con la miel en los labios. Los personajes vagaban por el espacio sin saber muy bien qué iba a ser de ellos. ¿Tendría que imaginarme un final para tan fantástica historia? La solución vino de la mano de su hijo Brian Herbert y el escritor de ciencia ficción Kevin J. Anderson que decidieron (según ellos, siguiendo los escritos dejados por su padre antes de morir) darle una conclusión a la saga con:
 

-Cazadores de Dune (2002/2004)
- Gusanos de arena de Dune (2007)
 

No me disgustó demasiado el final, pero siempre me quedará la duda… ¿Habría sido esa la conclusión ideada por Frank Herbert?
En definitiva, un magnifico relato que recomiendo a cualquier amante del género sin dudarlo ni un segundo. Una historia fascinante y densa donde un personaje completamente secundario en “Dune”, termina convirtiéndose en el trascurso de la saga en el protagonista absoluto, y digamos que… involuntario.
 

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