No debo tener miedo. El miedo mata la
mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total.
Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí a través de mí. Y cuando haya
pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado
el miedo ya no habrá nada. Solo estaré yo.
………
Estaba hablando del mito popular de la
prescencia: ¡Conocer absolutamente el futuro! ¡Todo él! Qué fortunas podrían
ser acumuladas… y perdidas… con tal conocimiento absoluto, ¿no? La chusma cree
esto. Cree que si un poco de algo es bueno, mucho más tiene que ser mejor. ¡Qué
maravilloso! Pero si le das a alguien el escenario completo de su vida, todas
sus acciones y palabras hasta el momento de su muerte… qué regalo infernal
sería ese. ¡Qué profundo aburrimiento! A cada instante de su vida se vería
obligado a representar aquello que conocía ya absolutamente. Sin ninguna
diversión. Podrían anticipar cada respuesta, cada palabra… una y otra vez y
otra y otra y otra y… - agitó la cabeza – La ignorancia tiene sus ventajas. ¡Un
universo de sorpresas, ese es todo mi ruego!
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