" De niño imaginas proyectos... En tu juventud y madurez, inmerso en el vértigo del presente, dejas latiendo en un rincón de tu espíritu los anhelos infantiles... Al envejecer, vuelven y te piden que los realices, que cumplas el destino que trazaste para ti cuando asomabas a la conciencia de la vida."
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"Cuando apagué la luz, mientras bailaba en el lecho una danza ligera al ritmo que imponía la corriente del San Lorenzo, pensé en lo mucho que se parecen el viaje, la lectura y la escritura. Todos son actos de creación -sí, la lectura también lo es- porque suponen formas distintas de explorar, de ruptura con el hábito, de desdén hacia la monotonía, de esfuerzo de la imaginación y un impulso quizás inútil de identificar tu yo con el mundo de lo real, a través del cedazo de lo imaginario. No concibo la vida, para nadie, de otra manera que no sea leyendo, viajando, o tratando de crear cualquier obra de arte, aunque sea un intento vano. Por mi parte, estoy seguro de que no podría vivir de otra manera, salvo que me dejase llevar por la melancolía o el desánimo. Estoy seguro de que lo contrario sólo me conduciría a abandonarme en los brazos fatigados de la vejez."
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