domingo, 13 de octubre de 2019

Favoritos 22. Cien años de soledad

Género: Novela
Subgénero: Realismo mágico
Autor: Gabriel García Márquez
Título: Cien años de soledad
Año:1967

Sinopsis:

Cien años de soledad es una novela ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de las aventuras literarias más fascinantes del siglo XX. Millones de ejemplares leídos en todas las lenguas y el premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había abierto paso «boca a boca» -como gusta decir el escritor- son la más palpable demostración de que la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.

¿Cómo no amar un libro que comienza de semejante manera?: «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.»


Una sola frase que nos atrapa al instante y nos lanza hacia el misterio y la magia que saturan cada uno de los rincones de ese lugar de leyenda que es Macondo. Una novela que descubrí con 16 años, ya que formaba parte de las lecturas obligatorias de la asignatura de Literatura. Un curso, el de 1983/84, en el que aprendí a amar las grandes historias de mano de un magnífico profesor, Vicente, capaz de hacerme disfrutar de todos y cada uno de los tochos con los que ese año nos tocó trabajar: El Quijote, La regenta, Cien años de soledad…


Cien años de soledad es un libro que recomiendo a todo el mundo. Su lenguaje poético y evocador, de fácil lectura, es capaz de conducirnos de forma tranquila y sosegada hacia ese mundo onírico (pero a la vez cercano) en el que trascurren las vidas de los muchos personajes que pueblan esta compleja historia (he de reconocer que en varias ocasiones tuve que consultar el cuadro genealógico de la familia Buendía para no perderme). Leo, releo y con cada nueva visita a Macondo y sus gentes la experiencia se enriquece. Al fin y al cabo creo que los buenos libros son como el vino: mejoran con la edad.




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