Uno no
implora la misericordia del sol.
Por la noche, durante la tregua, dos carros iban recogiendo los cuerpos de los cristianos por el campo de batalla. Uno era para los heridos y el otro para los muertos. La primera selección se hacía allí en el campo. "Este lo cojo yo, aquél lo coges tú." Donde parecía que había algo todavía salvable, lo metían en el carro de los heridos; donde sólo había trozos y pedazos, éstos iban al carro de los muertos, para tener sepultura bendecida; lo que ni siquiera era un cadáver se dejaba de pasto a las cigüeñas. Por aquellos días, en vista de las pérdidas crecientes, se había dado la orden de no exagerar en los heridos. Por lo que los restos de Medardo fueron considerados un herido y colocados en aquel carro.
La segunda selección se hacía en el hospital. Después de las batallas el hospital de campaña ofrecía un espectáculo aún más atroz que las mismas batallas. En el suelo había la larga hilera de camillas con aquellos desventurados dentro, y a su alrededor se afanaban los doctores, arrebatándose de las manos pinzas, sierras, agujas, miembros amputados y ovillos de bramante. Muerto a muerto, a cada cadáver hacían lo imposible para devolverlo a la vida. Sierra aquí, cose allí, tapona heridas, volvían las venas como guantes, y las ponían otra vez en su sitio, con más bramante dentro que sangre, pero remendadas y cerradas. Cuando un paciente moría, todo aquello que tenía de aprovechable servía para recomponer los miembros de otro, y a otra cosa. Lo que más se enredaba eran los intestinos: una vez desenrollados ya no se sabía cómo meterlos de nuevo.
Subgénero: Fantasía histórica
Autor: Italo Calvino
Título: El vizconde demediado (Il
visconte dimezzato)
Año: 1952
Sinopsis:
El
vizconde demediado es la primera incursión de Italo Calvino en lo
fabuloso. Cuenta la historia del vizconde de Terralba, quien fue partido en dos
por un cañonazo de los turcos y cuyas dos mitades continuaron viviendo por
separado. Símbolo de la condición humana dividida, Medardo de Terralba sale a
caminar por sus tierras. A su paso, las peras que cuelgan de los árboles
aparecen todas partidas por la mitad. «Cada encuentro de dos seres en el mundo
es un desgarrarse», le dice la mitad mala del Vizconde a la mujer de quien se
ha enamorado. Pero ¿seguro que se trata de la mitad mala?
Esta magnífica fábula, cuajada de fantasía y sentido del humor, plantea la
búsqueda del ser humano en su totalidad, quien suele estar hecho de algo más
que de la suma de sus mitades.
Qué
bien, qué bien. Gracias a estos #viernesdelecturacorta de @los_libros_del_sr_lector estoy
regresando a mi vieja costumbre de alternar lecturas nuevas con otras ya casi
olvidadas. Este es el caso de "El vizconde demediado", que,
junto a "El barón rampante" y "El caballero
inexistente", forman una extraña trilogía, “Nuestros antepasados”,
que lleva unos treinta años en mi biblioteca. Todo un clásico de Italo Calvino
que espero que os animéis a leer.
—Yo no quería... —Se detuvo, mordiéndose la lengua al comprender lo lamentables, lo inadecuadas que eran sus palabras.—. Si pudiera hacer retroceder el tiempo...
—No puedes. Está hecho.
—Pero mi padre y mi madre...
—Están muertos. —La voz del ser poseía un frío tono despiadado—. Muertos, Anghara. Esa es la verdad y debes enfrentarte a ella. Fueron asesinados por los demonios que soltaste con tus propias manos... y no encontrarás refugio a tu culpa en la locura.
La muchacha contempló estúpidamente la espada, allí en el suelo, tan cerca de ella, pero, al parecer, inalcanzable.
—¿Ni en la muerte? —preguntó.
—Ni en la muerte. Morir sería fácil para ti. Abandonarías el mundo, lo abandonarías a merced de aquello que tú has soltado en él. Y eso, criatura, sería una nueva traición a la Madre de todos nosotros.
Las lágrimas empezaron a resbalar por las pálidas mejillas de Anghara. Era la primera brecha que aparecía en el muro de contención que la conmoción y la pena habían levantado en su interior, y aunque agradeció aquella liberación, era como un vino muy amargo.
—Si lo hubiera sabido... —murmuró con voz entrecortada.
—Criatura, lo sabías tan bien como cualquier otro miembro de tu raza. La Tierra, nuestra Madre, no te impuso una elección: Ella te ofreció la libertad de servirla o despreciarla, y fue tu propia voluntad la que te hizo escoger el sendero tenebroso.
Subgénero: Fantasía
Autora: Louise Cooper
Título: Némesis. Libro 1 de la saga Índigo
Año: 1989
Sinopsis:
Hace tiempo, mucho tiempo, la maldad de la
humanidad provocó la ruina del mundo. La Madre Tierra, cansada de la ingratitud
de sus hijos, desató su cólera y quiso vengarse de ellos. Todo quedó
aniquilado, arrasado; los hombres aullaban y clamaban piedad, pero la Tierra no
los escuchó. En medio de tanto dolor y ruina, sólo un hombre fue salvado por la
Madre, quien le encargó que construyera una torre, la Torre de los Pesares, en
la que debía encerrarse mientras durase la destrucción. Este hombre, el Hombre de
las Islas, el Hijo del Mar, sería el que debería repoblar el mundo cuando
acabara el castigo. Pero jamás ningún ser humano debía acercarse a la Torre, ni
mucho menos penetrar en ella. La princesa Anghara sabía que no podía, que no
debía aproximarse a la Torre. Era tabú. Pero lo hizo. Llevada por su loca
curiosidad, la hija del rey del Carn Caille, entró en ella, encontró un cofre y
lo abrió. Al hacerlo vio que estaba vacío, pero escuchó ligeros siseos como si
fuera aire lo que salía de él. Ahora los demonios andaban sueltos y sobre el
mundo cayó de nuevo la maldición de la Madre Tierra. Sólo Anghara podía reparar
su imprudencia y debía buscar y enfrentarse a la misma fuerza destructora que
ella liberó. Y Némesis la esperaba...
Louise Cooper es una de esas autoras que en mi juventud
decantaron mis intereses literarios hacia la Fantasía. La saga de “EL Señor del
tiempo” o la novela “Espejismo”, se colaron al instante entre mis libros
favoritos. Hacía mucho tiempo que no leía nada de ella. Ya sabéis, los eternos
pendientes.
Hace unas semanas por fin me decidí a iniciar una
de sus sagas más conocidas: “Índigo”. Me picaba la curiosidad. Yo creo que
porque uno de los personajes principales de mi novela “El Dracón y el lobo de
fuego” también se llama Índigo.
“Némesis” es el primer volumen. Os confieso que
no sabía que la saga era tan larga. ¡Diez libros! Supongo que uno por cada
demonio con los que la princesa Anghara (luego conocida como Índigo), tendrá que
luchar para enmendar sus errores).
Fantasía clásica, muy bien narrada. Bastante descriptiva, para disfrutarla con calma.
No sé si lograré terminar esta aventura. Son muchos libros. Ya os contaré si lo logro.