sábado, 23 de febrero de 2019

Momentos 20. "El Gran Meaulnes" de Alain Fournier


Aquella noche no me contó mi compañero todo lo que le había ocurrido por el camino. E incluso, cuando se decidió a confirmármelo todo durante los días de angustia de los que hablaré más adelante, aquello fue, durante mucho tiempo, el gran secreto de nuestra adolescencia. Pero hoy que todo ha terminado, ahora que no queda más que polvo
 
de tanto mal, de tanto bien
 
ahora puedo contar su extraña aventura.

Favoritos 20. El Gran Meaulnes

Género: Novela
Subgénero: Juvenil / Romántica
Autor: Alain Fournier
Título: El Gran Meaulnes (Le Grand Meaulnes)
Año:1913


Sinopsis:

El joven Meaulnes fascina a su compañero Seurel y le hace partícipe de una extraña aventura y un amor desmedido, cuyas consecuencias envuelven a ambos amigos en una serie de acontecimientos misteriosos e incluso fatales… Una narración subyugante en el espacio mítico de la adolescencia, y unos protagonistas inolvidables que han cautivado a sucesivas generaciones de lectores y críticos… Un pequeño clásico de la literatura del siglo XX cuya maravillosa prosa une ficción y realidad en una experiencia imborrable…

 

¿No sabes qué leer estos días? Pues anímate con este pequeño clásico de la literatura francesa, única novela de su autor, Alain Fournier, muerto a los 28 años de edad en una de las escaramuzas iniciales de la Primera Guerra Mundial.

Una obra deliciosa para disfrutar con calma de toda la magia que atesora; para empaparse de ese aire romántico y melancólico que se desprende de cada una sus páginas; para paladear una prosa que puede parecer un tanto anticuada hoy en día pero que resulta precisa y hermosa en sus acertadas descripciones.

Reconozco que Agustin Meaulnes, un personaje a caballo entre la adolescencia y la juventud a comienzos de la novela, no termina de caerme especialmente simpático por mucho que relea la historia. Pero es su aventura en el mundo de ensueño recreado en el dominio misterioso de las Sablonniéres la que consiguió anclarme al relato. Es allí donde conoceremos a la gran obsesión de su vida: Yvonne de Galais; y donde por primera vez oiremos hablar del culpable, en gran medida, de la atmósfera de tristeza y melancolía que impregnarán el relato hasta su trágico final: Frantz de Galais, hermano de Yvonne. Un personaje fascinante y misterioso, lo suficientemente atractivo como para haber podido convertirse por méritos propios en el verdadero protagonista de la función. 

viernes, 8 de febrero de 2019

Poemas 8. "¿Qué cuántos años tengo?" de José Saramago (1922-2010)

 

¿Qué cuántos años tengo?

¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo
otros “que estoy en el apogeo”.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!…
¡Estás muy viejo, ya no podrás!…
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa..
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!… ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!
 
 

domingo, 3 de febrero de 2019

Momentos 19. "La Torre Oscura" de Stephen King


Allí tomó asiento el pistolero, el rostro vuelto hacia la menguante luz. Soñó sus sueños y vio salir las estrellas, no se alteró su resolución, ni flaqueó su corazón; los cabellos, ya más finos y grises, ondeaban en torno a la cabeza, y las pistolas de su padre, con culatas de sándalo, reposaban suave y mortíferamente sobre sus caderas. Estaba solo, pero en modo alguno juzgaba que la soledad fuera una cosa mala o innoble. La oscuridad envolvió al mundo y el mundo cambió. El pistolero esperaba el momento de invocar y soñaba sus largos sueños sobre la Torre Oscura, a la que un día llegaría, a la hora del crepúsculo, y a la que se acercaría, blandiendo su olifante, para librar una inimaginable batalla final.

Favoritos 19. La Torre Oscura

Género: Novela
Subgénero: Fantasía/ Terror/ Western
Autor: Stephen King
Título: La Torre Oscura 1: El Pistolero (The Dark Tower 1: The Gunslinger)
Año: 1982
 
Sinopsis:

Un pistolero cruza el desierto, en pos del hombre de negro. Una sola norma guía su camino: la supervivencia. Mucha sangre tendrá que verterse antes de que nuestro héroe dé con la clave del misterio que envenena sus días y, sin embargo, la atmósfera va cargándose de signos premonitorios que dan vida a las fantasmales sombras reflejadas en la arena. La torre oscura le espera, y el hombre de negro será el trágico acicate de una búsqueda marcada por el horror de la perdición y la muerte.


No hay duda de que Stephen King es todo un clásico de la literatura contemporánea. Te pueden gustar más o menos sus historias pero ahí está él, vendiendo como rosquillas todo aquello que publica. Me temo que hasta La Torre Oscura nunca había sido una de sus mayores fans. Había visto más películas basadas en sus escritos que novelas había leído. Estas se reducían a: El fugitivo (The Running Man), Cementerio de animales (Pet Sematary), El cazador de sueños (Dreamcatcher) y algunos cuentos… Su estilo no siempre conseguía engancharme. Unas veces sus historias me atrapaban desde el principio, otras comenzaban de forma prometedora pero terminan defraudándome, incluso alguna no pude ni terminarla (La cúpula “Under The Dome”, que comencé a leer a raíz de una serie de televisión).

Con semejantes antecedentes no es de extrañar que no prestara especial atención a las muchas publicaciones del señor King. Pero por ahí andaba siempre rondando una novela de la que escuchaba constantemente comentarios de lo más contradictorios: amor y odio a partes iguales. Un día tomando un café con una amiga (hace unos tres años de eso) y charlando sobre libros, salió a colación el tema de La Torre Oscura. Ella puso cara de horror. Había comprado el libro en sus tiempos de estudiante y no había conseguido terminarlo. Me lo prestó, pues sabiendo que nuestros gustos literarios son muy diferentes era más que probable que a mí llegara a interesarme.


Se trataba de una edición en tapa dura, con las hojas amarillentas por el paso del tiempo, y unas ilustraciones a todo color que me llamaron muchísimo la atención. ¿La Torre Oscura era un western? Intrigada me lo llevé a casa y empecé a leerlo: El hombre de negro huía a través del desierto, y el pistolero iba en pos de él.

No parecía un mal comienzo teniendo en cuenta que a mí siempre me han gustado las películas del Oeste. El libro no era muy grueso y no tardé nada en leerlo. Llegué al final y… ¿Me había gustado? Me encontraba tan descolocada que no sabía qué pensar de él. No tenía muy claro ni el objetivo del protagonista (que resultaba un tanto antipático), ni la época en la que vivía, ni siquiera el mundo en el que se desarrollaban sus aventuras. Era todo tan extraño como desconcertante. Como sabía que la historia continuaba en unos cuantos libros más (y a mí me encantan las sagas) decidí darle otra oportunidad. Comencé a leer la segunda parte: La llegada de los tres. Y aquí todo cambió. Caí rendida a los pies del señor King en aquella playa interminable en la que Roland debe sobrevivir a las langostruosidades salidas del mar. Después, la aparición de Eddie a través de la primera de las puertas que conectan mundos y realidades fue lo que me encadenó definitivamente a la Torre Oscura durante unos cuantos meses. Me leí la saga de carrerilla. Pistoleros, magia, vampiros, zombies, viajes en el tiempo y en el espacio, realidades paralelas, el mago de Oz, locomotoras que hablan… ¿Qué más se puede pedir si eres amante de la fantasía? Incluso el propio Stephen King es uno más de los personajes de esta sorprendente aventura.

He de confesar que el final me resultó un poco decepcionante pero tampoco puedo decir que no me gustara. En definitiva, una saga que he disfrutado en gran medida gracias al desparpajo con el que el autor mezcla y remezcla géneros y temáticas con total y absoluta libertad hasta crear una obra personal y de lo más original.

¡Por cierto! Mi amiga terminó regalándome el libro que me había prestado. Pasamos unas tardes de lo más entretenidas con la Torre Oscura. Yo leía las aventuras de Roland y su ka-tet y luego se las iba contando según paseábamos o tomábamos café. No pudo con la lectura, pero al final, el relato aderezado con mis comentarios personales y ciertas dosis de suspende (nos veíamos una vez a la semana) terminaron por introducirla en Mundo Medio como a cualquiera de los muchos fans de esta apasionante historia.

La saga completa consta de los siguientes libros:
El Pistolero (1982)
La llegada de los tres (1987)
Las Tierras Baldías (1991)
Mago y Cristal (1997)
Lobos de Calla (2003)
Canción de Susannah (2004)
La Torre Oscura (2004)
El viento por la cerradura (2012) *Ubicada entre los volúmenes 4 y 5