Subgénero: Ciencia Ficción
Autor: Dmitry Glukhovsky
Título: Metro 2033 (Mempo 2033)
Año: 2007
Sinopsis:
Estamos en el año 2033. Tras una
guerra nuclear devastadora, amplias zonas del mundo han quedado sepultadas bajo
escombros y cenizas debido a la radiación. También Moscú se ha transformado en
una ciudad fantasma. Los supervivientes se han refugiado bajo tierra, en la red
de metro. Em cada una de las estaciones, convertidas en pequeñas ciudades
Estado, sus habitantes se agrupan en torno a las diversas ideologías,
religiones o movidos por un único objetivo: impedir una invasión de las
criaturas mutantes del exterior.
Artyom, un joven soldado, será elegido
para penetrar en el corazón del Metro hasta la legendaria Polis y alertar a
todos del peligro que acecha a la estación
de la que procede, la VDNKh, y a toda la red metropolitana. De él
dependerá el futuro de su hogar, del Metro y puede que de toda la Humanidad.
No deja de resultar curiosa la forma
en la muchas veces llegamos a los libros que luego ocuparán un lugar
privilegiado en nuestra biblioteca. En este caso se puede decir que fue la
casualidad. Paseaba por la sección de
fantasía y ciencia ficción de una librería en busca de algo que leer durante el
verano de 2014. De repente, un título llamó mi atención. No sabía nada de él
así que lo cogí en la mano. No pesaba mucho pese a tener bastantes páginas.
Además del título poseía otros puntos a su favor. La editorial era Timun Mas,
que muy buenos ratos me había hecho pasar con sus publicaciones. Y el autor era
ruso. Desconozco el porqué de mi debilidad por los autores de esta nacionalidad
pero debo reconocer que tienen algo me engancha enseguida a sus historias (lo iréis descubriendo en
próximas entradas).
El caso es que le di la vuelta y leí
la sinopsis. La acción trascurría en Moscú en un futuro no muy lejano.
Suficiente para picar aún más mi curiosidad. Acababa de regresar de pasar unos
días en la capital rusa y tenía sus calles y edificios aún frescos en mi
memoria. Abro el libro y… ¡oh, sorpresa! Aparece una solapa desplegable con un
plano del metro de Moscú en el que pude reconocer muchas de las estaciones por
las que nos habíamos desplazado en la gigantesca capital… Mi imaginación se
acababa de disparar. Ese plano hizo que pasara por caja inmediatamente.
Y así comencé a leer las aventuras
del joven Artyom por su claustrofóbico mundo. Un protagonista con el que
simpaticé desde el principio. Algo poco habitual ya que la mayoría de las veces
me decanto por algún personaje secundario. Su viaje a través de la línea de
metro y las distintas sociedades que
la componen (Polis, la HANSA, la Línea Roja, la Confederación Arbat, el IV
Reich…) puede llegar a resultar algo monótono y repetitivo pero creo que el
tramo final salva la historia. Aunque también debo confesar que el desenlace me
resultó un tanto decepcionante. No sé. Me habría gustado que terminara con un
poco más de protagonismo para Artyom y las facultades que le hacen especial. De
todas formas la historia queda abierta para futuras aventuras…
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