Subgénero: Histórica
Autor: Santiago Posteguillo
Título: Las legiones malditas
Año: 2008
Sinopsis:
¿Os gustan las películas de romanos? Yo debo confesar que sí. Y Gladiator de Ridley Scott es sin duda una mis favoritas (la verdad es que el bueno de Ridley tiene unas cuantas en esa lista). No deja de resultar curioso este hecho porque como ya he comentado en alguna que otra ocasión no me suelen apasionar las novelas históricas… y las películas bastante menos.
Publio Cornelio Escipión, conocido
por el apodo de Africanus, era considerado por muchos el heredero de las
cualidades militares atribuidas a su padre y a su tío. Pero de ellos no sólo
había recibido estos magníficos atributos, sino también algunos enemigos, entre
otros Asdrúbal, el hermano de Aníbal, y el general púnico Giscón, quienes
harían lo posible por acabar con su enemigo y masacrar sus ejércitos. Los
enemigos también acechaban en Roma, donde el senador Quinto Fabio Máximo, en
una jugada maestra, obliga a Escipión a aceptar la demencial tarea de liderar
las legiones V y VI que permanecían desde hacía tiempo olvidadas en Sicilia.
Así, según creía el senador, lograría deshacerse del último de los Escipiones.
Pero otro era el destino de las legiones malditas que, de la mano de Africanus,
lograrían cambiar un capítulo de la historia.
¿Os gustan las películas de romanos? Yo debo confesar que sí. Y Gladiator de Ridley Scott es sin duda una mis favoritas (la verdad es que el bueno de Ridley tiene unas cuantas en esa lista). No deja de resultar curioso este hecho porque como ya he comentado en alguna que otra ocasión no me suelen apasionar las novelas históricas… y las películas bastante menos.
Las legiones malditas fue un libro que le regalé a mi
padre en Reyes de 2017. A él le gustaba mucho leer historia pero no se animaba
con las novelas. Decidí probar suerte y cambiar un poco de tercio. Más de 800
páginas que consiguió terminar pero que no llegaron a entusiasmarle. Cada vez
que le preguntaba sobre la lectura siempre me contestaba lo mismo: estos romanos se pasaban el día matando
gente. Eran unos sanguinarios. Y no iba descaminado el hombre… Según una
amiga bibliotecaria, las novelas de Posteguillo son mejor recibidas por los
hombres que por las mujeres. Tanta sangre, tanta batalla… Yo aún no entiendo
esa división entre novelas con temática para hombres y novelas pensadas para
mujeres. Como tampoco comprendo a esa gente que deja de leer literatura
infantil o juvenil por considerarla poco seria o irrelevante. ¡En fin! ¡Qué le
vamos a hacer! Rarita que es una.
El caso es que el libro
quedó aparcado en una de las estanterías del salón hasta que un buen día me
quedé sin nada nuevo que leer. Lo miré. Era gordo, muy gordo. ¿Y si no me
gustaba? Odio dejar los libros a medias (solo me ha pasado en tres ocasiones).
Yo ya había leído con anterioridad alguna cosilla de Santiago Posteguillo (La noche
en que Frankenstein leyó el Quijote, recomendado en este mismo blog) y me
había gustado su forma de escribir. ¿Qué mejor referencia que esa?
Debo reconocer que caí
rendida ante las legiones desde el capítulo uno. No sé, lo tenía todo en mi
cabeza: los personajes, los escenarios, el vestuario, la atmósfera… No necesité
demasiado esfuerzo para adentrarse en los acontecimientos que narraba.
Acontecimientos que por otro lado conocía medianamente bien por mis estudios de
Historia Antigua. Oxidados los tenía, no voy a negarlo. Las Guerras Púnicas y
sus protagonistas hace muchos años que dejaron de preocuparme. Publio Cornelio
Escipión nunca fue un personaje al que prestara demasiada atención en aquella
época. Aunque como a la mayoría de la gente le sucederá sí recordaba a Aníbal y
sus elefantes. Doy las gracias al autor por obligarme
a repasar aquel período de la historia de Roma que ahora veo con ojos bien
distintos.
Publio Cornelio
Escipión. ¡Madre mía, menudo personaje para una serie! No puedo decir que sea
un tipo que me haya caído especialmente simpático. Lo admiro por su juventud,
por su inteligencia, por su genial visión estratégica en el campo de batalla
(nada que envidiar a Alejandro o Napoleón), por su intuición a la hora de
rodearse de hombres fieles hasta la muerte… Pero no deja de ser un hombre
tan ambicioso, cruel y despiadado como
cualquiera de sus enemigos.
No me sucede lo mismo
con la camarilla de aguerridos soldados de los que se rodea: Cayo Lelio, Lucio
Marcio Septimio, Quinto Terebelio, Sexto Diginio, Mario Juvencio, Silano, Cayo
Valerio… Hombres duros, hombres valientes para los que la Legión es su vida,
servir a Roma su destino y Escipión su dios. Son ellos los que consiguieron
arrancarme, por su entrega y su coraje, alguna que otra lagrimilla cuando sus
almas por fin se encaminaron al Elíseo.
En definitiva, una
lectura apasionante y muy didáctica. El apéndice con todos los términos en
latín que enriquecen la narración es muy útil, al igual que los mapas y
gráficos sobre la disposición de las tropas en las diferentes batallas. La
legión ya no tendrá secretos para ti jajajajaj…
Al comprar Las legiones malditas ignoraba que
formaba parte de una trilogía: Africanus.
No sé si sucederá lo mismo con El hijo
del cónsul y La traición de Roma, pero
esta segunda entrega se puede disfrutar perfectamente independientemente de las
otras dos.
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